¿Prohibición de transporte público alimentado por energías NO renovables a partir de 2029?

La Comisión de Tránsito y Transporte de la Legislatura porteña aconsejó la sanción de un proyecto que contempla una iniciativa del Ejecutivo para implementar la posibilidad de realizar pruebas piloto. Finalmente no se contempló la prohibición de circulación del transporte que se alimente de energía no renovable.

Este miércoles se llevó a cabo una reunión mixta de la Comisión de Tránsito y Transporte -que preside la diputada de Vamos Juntos Cristina García- donde se pusieron en consideración el proyecto Nº 52-D-2020, autoría del Diputado Sergio Abrevaya y su agregado: 1480-J-2021, autoría del Jefe de Gobierno; el primero, referido a prohibir la circulación a partir de 2029 de vehículos de transporte de pasajeros que utilicen combustibles contaminantes y el segundo, referido a una modificación del Código de Tránsito y Transporte para experimentar con nuevas modalidades de servicios y de vehículos de transporte de pasajeros y de carga.
Luego de la misma se firmó dictamen para incorporar a las Definiciones Generales contenidas en el Código de Tránsito y Transporte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires aprobado por Ley N° 2.148 (Texto Consolidado por Ley N° 6.347), la siguiente: “Prueba piloto: Conjunto de pruebas supervisadas por la Autoridad de Aplicación del Código de Tránsito y Transporte, en el marco de sus competencias, con el fin de recabar experiencias y evaluar nuevas modalidades de servicios y/o vehículos de transporte de pasajeros en ómnibus y de carga y/o modificación y/o adecuación de servicios existentes”.
En los fundamentos del mismo se explica que “resulta de vital importancia estudiar y evaluar opciones para la modernización y adecuación del transporte público en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.
Y agrega: “La movilidad como servicio incorpora el concepto de combinar nuevas tendencias en la movilidad urbana con servicios innovadores de transporte, con el objetivo de ofrecer a los usuarios y ciudadanos una solución personalizada para las necesidades de movilidad, con el objetivo de aliviar la congestión urbana (fomentando el uso de vehículos compartidos), minimizar el impacto negativo en el medio ambiente que poseen los vehículos convencionales (contaminación, emisiones de gases de efecto invernadero), ahorrar costos optimizando el servicio (estableciendo flexibilidad en las rutas y paradas de los mismos), entendiendo las necesidades de los usuarios. Para fomentar su desarrollo, las ciudades deben adaptar sus regulaciones, impulsando cambios que requieren la adaptación del sector del transporte y de la movilidad”.
Asimismo resalta que “el transporte es uno de los sectores que más gases de efecto invernadero emite, siendo estos los causantes del calentamiento global e impactando negativamente en la salud y la calidad de vida de las personas, por lo que resulta fundamental profundizar en el estudio de alternativas que busquen reducirlos. De los objetivos principales considerados en las pruebas que se proponen incorporar, cabe citar el de evaluar la operación de nuevos vehículos o modalidades de transporte en la vía pública, bajo condiciones reales de tránsito y circulación y/o circuitos cerrados, según lo requiera la prueba en cuestión, en pos de integrar nuevas tecnologías a los sistemas de transporte de la Ciudad”.
Y añade que “las pruebas piloto constituyen un proceso de selección ideal para innovar y avanzar en nuevas alternativas o reconversiones de los servicios de transporte de pasajeros en ómnibus y carga a través de experiencias locales. El carácter provisorio de la prueba, permitiría contar con un plazo para evaluar los resultados obtenidos, como por ejemplo, el funcionamiento de los vehículos y/o servicios propuestos, los costos asociados, determinar sus capacidades, la viabilidad y optimización de los mismos y eventualmente, su implementación, a los efectos de definir la necesidad de introducir adecuaciones a la normativa vigente con previsiones que importen el estímulo y favorezcan su uso. La adopción e incorporación progresiva de nuevas propuestas de movilidad aplicadas en función de las necesidades de las personas y transporte de bienes, beneficia un desarrollo rápido y eficaz del sistema de transporte de la Ciudad”.
Ahora bien, aunque no hubo consenso para prohibir a partir del año 2029 “vehículos de  transporte público de pasajeros (como autobuses, taxis, etc.) que funcionen a nafta y/o diesel u otro combustible que no provengan de energías renovables y amigables con el medio ambiente”, desde el oficialismo confirmaron que dentro de las pruebas piloto estará contemplado ese horizonte, con lo cual el diputado Abrevaya se mostró de acuerdo con el marco legal que se sancionará en la próxima sesión de la Legislatura.