Por pedido del jefe de Gobierno, controlará gastos e inversiones de la Justicia.

En noviembre de 2015, Genoveva Ferrero tuvo que tomar una decisión: mantener su lugar como auditora de compras y contrataciones de la Policía Metropolitana o redireccionar su carrera y poner proa hacia la Legislatura de la Ciudad. Su banca estaba garantizada desde julio, pero recién cuando Mauricio Macri le ganó el ballotage a Daniel Scioli se empezaba a vislumbrar el mar de oportunidades que la triple corona traía a los funcionarios del PRO.
Abogada de perfil bajo, eligió conservar su lugar, a contramano de quienes la cuestionaban por permanecer en su zona de conformidad. Casi cinco años después, se afirma como la controller predilecta de, que la promoverá para conducir la suculenta caja del Poder Judicial porteño.
Ferrero manejará, aproximadamente, 7.000 millones de pesos y centralizará la administración de las compras, contrataciones y el inventario del Consejo de la Magistratura, la Defensoría General, la Asesoría Titular y la Fiscalía General. El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) quedó fuera de su alcance porque así lo marca la Constitución
porteña, que habilita al máximo tribunal a proyectar y ejecutar el presupuesto a su gusto.

Con el aval de la Legislatura, Ferrero se convertirá en los próximos días en secretaria de Administración General y Presupuesto del Poder Judicial. La Secretaría fue creada, también por medio del Poder Legislativo, hace una
semana y funcionará dentro de la órbita de la Magistratura, que también contará con una comisión específica para auditar los fondos públicos que la Jefatura de Gobierno gira a los organismos judiciales.
La creación de esta oficina se asienta sobre dos vigas. La primera le imprime un carácter ordenador al proyecto: hay despachos judiciales que se pisan con las compras de insumos o servicios y multiplican el gasto público. En la Jefatura de Gabinete sulfuran por diferentes contratos de empresas de limpieza en oficinas contiguas y dentro del
mismo edificio. La segunda, un ribete fiscalizador: el gobierno está ávido de controlar las cuentas públicas, en el marco de un achique del gasto. De todas formas, hace mucho tiempo que el larretismo quería revisar el presupuesto judicial con alguien de su riñón.

El nombre de Ferrero fue, también, la prenda de unión entre Larreta y Daniel Angelici, que preserva gravitación sobre la Justicia porteña. Entre otras cosas, por la firma de la secretaria pasará el presupuesto del Poder Judicial, la reasignación de partidas, los permisos de compras de insumos, la contratación de servicios y hasta la liquidación de haberes.
PASADO Y ASCENSO. Ferrero es la hija Fernanda Ferrero, una exdiputada porteña que militó junto a Domingo Cavallo y Ricardo López Murphy y luego se pasó al bloque Juntos por Buenos Aires, aliado al incipiente macrismo en la Legislatura de los albores del nuevo milenio.
No obstante, Genoveva hizo su propio camino en el PRO. Comenzó en la Legislatura porteña y luego desembarcó en el gobierno de la mano de Edgardo Cenzón. Después, Ferrero fue parte del equipo de auditores macristas que intervino la Policía Metropolitana que conducía Guillermo Montenegro.
Ferrero mantuvo ese rol y ese lugar dentro de la Policía, en representación del Ejecutivo, hasta 2015. Siempre mantuvo su perfil de controller de gastos, inversiones y supervisora de suministros de la Policía porteña. Convivió
con Montenegro, Martín Ocampo y Diego Santilli, todos asombrados por la buena relación que generó y el respeto que le dispensan los uniformados a la abogada por la Universidad Católica Argentina (UCA)

Ferrero se ganó la confianza de Rodríguez Larreta durante esos años, pero el punto de inflexión fue el traspaso de la Policía Federal a la Ciudad: junto a José Luis Giusti (hoy ministro de Desarrollo Económico), fueron los sabuesos porteños que controlaron punto por punto la transferencias de recursos que hiciera Patricia Bullrich como ministra de Seguridad.
Al renovar su lugar como vicejefe y ministro de Justicia, Santilli redobló su presencia en el área y Ferrero dio un paso al costado. Ese repliegue coincidió con el estado avanzado de su embarazo. Fue madre y, en el marco de la emergencia por coronavirus, regresó a la órbita del oficialismo para coordinar los recursos (comidas y material sanitario) que se destinan a los hoteles para recibir repatriados. Ahora, a casi cinco años de rechazar una banca en la Legislatura, Larreta la premia y la presenta como sus ojos en el presupuesto del Poder Judicial.

Fuente: Letra P